

Probamos la firmeza de la suspensión, su respuesta ante presiones manuales y posibles ruidos al mover el coche. También valoramos la altura del vehículo y el estado visual de los amortiguadores y componentes visibles.
Comprobamos visualmente el estado de los discos y pastillas de freno, buscando signos de desgaste excesivo o irregular. También valoramos posibles ruidos al frenar, la firmeza del pedal y cualquier vibración o anomalía en una frenada simple.
Inspeccionamos el estado general de los neumáticos: profundidad del dibujo, desgaste irregular, presión, posibles grietas y fecha de fabricación. También valoramos si el tipo y marca coinciden entre ejes y si están dentro de los márgenes legales y de seguridad.
Inspeccionamos el estado exterior del vehículo: pintura, golpes, abolladuras, corrosión, arañazos y estado general de los paneles. También revisamos ajustes y posibles señales de reparación o repintado.